Tanto a grandes como a pequeños, nos encantan los superhéroes. Marvel Worldwide y D.C Comics, han hecho un gran trabajo al crear estas películas que nos acercan, cada año, a estos personajes que tanto queremos. Entre los más populares o los favoritos, a mi modo de ver, existen: Superman, Batman, Doctor Strange, Spider-Man, Capitán América, Hulk. Iron Man, Thor y Pantera Negra. En la cuota femenina a su vez, estan: Mujer Maravilla, Gamora, Viuda Negra, Capitana Marvel y la Bruja Escarlata.
Estos personajes se caracterizan por tener habilidades extraordinarias, con capacidades superiores a las de los seres humanos, entre ellas: la posibilidad de volar, fuerza inmensurable, capacidad regenerativa, flexibilidad, manejo de poderes, telepatía y telequinesis, o a falta de todos los anteriores, simplemente cuentan con mucho dinero para fabricar sus poderes. A todos ellos, algo los une y es la lucha por causas nobles y justas, la protección y la ayuda a la población de cualquier ataque que amenace su existencia.
En la película “Infinity War: The Cosmic Quest Volume Two”, Thanos nos dejó sorprendidos su “chasquido de dedos” conocido como “the decimaton” entendido como la posibilidad de reducir la población del universo, sin diferencias de sexo, raza, dinero o posición política, culto o credo. La idea por sí sola es escalofriante. Sin embargo, a inicios año 2020, el mundo experimentó algo así como un “chasquido de dedos”, a través de la pandemia que todos conocemos como COVID 19. A la fecha, de acuerdo con el Ministerio de Salud, este virus ha cobrado la vida a nivel mundial de 700.539 y en Colombia 11.624.
En este escenario, tan desolador, es donde se esperaría que aparecieran estos superhéroes a ayudar de alguna manera a contener esta pandemia. Pensamos que no existen. Es irónico, pero los vemos todos los días durante nuestras vidas y seguro hemos tenido contacto con ellos, nos han salvado y aún no los reconocemos. Ellos, en lugar de, poderes sobrenaturales, trabajan horas y turnos, eso sí, sobrehumanos. Sacrifican el bienestar de sus familias y el de ellos por salvar vidas de: adultos mayores, hombres, mujeres, niños.
Estos seres no tienen unos trajes especiales que los protejan contra el fuego, las armas o ante cualquier ataque extraterrestre; por el contrario, sus trajes de batalla son batas o uniformes blancos. Por estos días, visten overoles, guantes, caretas, gorros, es decir, están forrados de pies a cabeza y solo se les ven los ojos agotados de tanto trabajar. A estos personajes, en algunos sectores, no los admiran, respetan ni se les agradece por la gran labor que realizan, por el contrario son atacados y amenazados.
Pese a lo anterior, en contraste, ellos han colaborado en gran parte con la recuperación a nivel mundial de 10.967.801 personas y en Colombia a 180.258. Su gran poder es tener la disposición de ayudar inclusive poniendo en riesgo sus propias vidas, son personas eligieron ganar su sustento diario, trabajando por la salud y bienestar de los demás. Ellos no son superhéroes, por que no son producto de la ficción, son HÉROES, de carne y hueso, con un corazón de oro, a quienes les debemos nuestra profunda admiración, respeto y compasión.
En este punto, en el que al menos en Colombia la pandemia está alcanzando el "pico", a usted: médico, enfermero, fisioterapeuta, auxiliar de enfermería, bacteriólogo, pediatra, anestesiólogo, neumólogo y demás trabajadores de la salud, hoy le escribo para darle las infinitas gracias. Para mi, es usted, un héroe, el que existe y que merece la mayor distinción. Por favor, no pierda el ánimo, que somos más lo que los apreciamos y valoramos.
A Diana Molano, con mucho cariño.
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